❝A veintisiete grados de latitud norte, al cruzar el puesto fronterizo entre Nepal e India para alcanzar por tierra Sikim no imaginas una noche con chimenea en el Oak Hotel de Kalimpong, uno de esos hoteles que se echan de menos (repito por segunda vez), quizá también porque el viaje resulta casi iniciático: el descubrimiento de Mahakala y sus auspiciosas sagradas danzas cham en el remoto Monasterio de Rumtek me esperan. Dos jornadas intensas, y del roble de Kalimpong al bambú de Rumtek, un acogedor resort en la falda del monasterio, Bamboo Resort. Mis amigos Vishal, del lado de Sikim, y Anjan, del de Nepal, aseguran que no me pierda.
En el alojamiento cayeron también unos eruditos alemanes con el mismo objetivo de asistir a la festividad de fin de año (año tibetano), que rechazaron tertulia y té de después de cenar aunque luego apareciesen en todas las fotos por más que lo evitases. Un joven rajastaní, que estaba dirigiendo un huerto ecológico para el establecimiento hotelero, en compañía de su amigo mejicano, se apuntan con nosotros para subir al monasterio. Hablamos durante el desayuno de celebrar juntos Lhosar (año nuevo) en Darjeeling.
Las estufas eléctricas caldearon las habitaciones y fue posible ducharse sin mucho estrépito●

Novicios en el monasterio de Rumtek durante la celebración del fin de año tibetano.